De la mano de los ríos que tanto influyen en la vida cotidiana de estas tierras de agua, hierro y fuego, el viajero atraviesa la comarca desde los Oscos verdes, montañosos, y silenciosos, hasta desembocar a orillas del Cantábrico en la ría del Eo. El enorme estuario, que penetra kilómetros y kilómetros tierra adentro es el gran nexo de unión de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo, en la frontera de la Asturias y Galicia. Es una tierra llena de historias que juegan con la imaginación del caminante, de leyendas y de oficios ancestrales. Algunos, como el de los ferreiros, se defiende de la extinción en este rincón del mundo y su mejor defensa es darse a conocer ante los ojos de los visitantes que recorren estas tierras. Esta es una de las razones por las que el Club de Producto Reservas de la Biosfera de Asturias acaba de incluir en sus propuestas una ruta en la que se une el conocimiento de los viejos oficios de la comarca Oscos-Eo con el disfrute del paisaje y la gastronomía. Conocer los oficios hace del viaje un oficio venturoso y privilegiado que nos lleva por las tierras y por los siglos teniendo la fortuna de asomarnos desde el siglo XXI a tradiciones artesanas milenarias anteriores a cualquier atisbo de revolución industrial. En el corazón de estas tierras siguen, intocables, las tareas que permiten crear la cuchillería artesana, el pan o los telares.
El bar-tienda centenario y la ferrería dejan al viajero a un paso de conocer otra de las formas de vida de esta Reserva: la casería rural. Conocer de cerca y de primera mano cómo se vive en una de ellas, sus tareas, horarios y costumbres, permitirá acercarse también a algunas razas autóctonas de Asturias que están casi en peligro de extinción: la cabra vermella, el gochu astur-celta, la pita pinta, la oveya xalda, los asturcones o las vacas asturianas de los valles.
Estas son de las posibles actividades que puede encontrar el viajero en una visita a esta comarca, pero no son las únicas. Las empresas asociadas al Club de Reservas en los siete concejos asturianos que se integran en el territorio de la Reserva de Oscos-Eo (Castropol, Vegadeo, San Tirso de Abres, Santa Eulalia de Oscos, San Martín de Oscos y Villanueva de Oscos) ofrecen un interesante conjunto de experiencias, alojamientos y fogones de gastronomía popular que hacen obligadas varias visitas sucesivas para conocer en profundidad la enorme riqueza cultural, etnográfica e histórica que crece en estas tierras.