Salamanca es una de las ciudades españolas con un patrimonio cultural más rico y además un ambiente muy particular. Alberga la universidad más antigua del país y en buena medida la ciudad se desarrolló en torno a la vida universitaria; por lo tanto, hasta la actualidad la agenda cultural de Salamanca es amplia y barata. Un día de semana cualquiera es fácil encontrar un concierto de piano, una sesión de jazz, o un festival de danza. A la vez el patrimonio arquitectónico de la ciudad es de gran riqueza.
Turismo cultural
Sin duda Salamanca es conocida por su vida universitaria, aunque esto trae aparejado también una variedad y riqueza cultural importante que se ve reflejada en los vastos calendarios de actividades culturales oficiales, autogestionadas y privadas. Para ser una ciudad pequeña tiene un ambiente bastante cosmopolita, que se explica por la movilidad estudiantil. Por otra parte, el patrimonio arquitectónico, le ha valido el nombramiento de Patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Destacan en este sentido, los edificios de la Universidad y las dos catedrales de Salamanca, que de hecho es ya una curiosidad; pues, se acostumbra que sólo el templo mayor de una diócesis tenga esta categoría. La historia cuenta que la catedral “vieja” que data del siglo XII sería demolida con la construcción de una nueva catedral en el siglo XVI; sin embargo, el retraso de las obras que tomaron cerca de dos siglos, generó el feliz complot que preservó la antigua catedral, que además fue la cuna de la famosa universidad salmantina.
Además, hay al menos otros sesenta edificios y lugares de carácter patrimonial, entre los más importantes se encuentra el patio de las escuelas mayores, la clerecía y la casa de las veneras o palacio de las conchas, insignia del gótico español y que además incluye elementos renacentistas y orientales.
Una escapada romántica
El turismo cultural, puede ser complementado con un viaje romántico, pues la arquitectura evocadora se presta muy bien para los paseos diarios y la vida nocturna y actividades culturales permiten elegir según los gustos de la pareja. De hecho, la ciudad fue semillero de fantasías para los poetas románticos del siglo XIX, aire poético que aun es respirable por sus calles. Los tradicionales tunos pueden ofrecer un espectáculo interesante, e incluso, solicitar alguna canción menos picaresca y más romántica, si la suerte acompaña o si el grupo acepta peticiones del público.
Además hay una serie de hoteles que ofrecen programas con motivos románticos y cenas especiales para hacer de la visita un momento inolvidable. Por supuesto, si se siguen los consejos de “La celestina” el lugar más romántico de Salamanca es el huerto de Calixto y Melibea, donde se dan cita los amantes y que la novela ha inmortalizado para la posteridad.
Si se dispone de vehículo, o bien si se opta por alquilar uno (algunas páginas como https://www.alquilerdecoches-online.es tienen una amplia y variada oferta), no muy lejos de la capital salmantina se pueden visitar pueblos que merecen la pena, como por ejemplo Ciudad Rodrigo y La Alberca.